La figura
del conservador restaurador
La figura del conservador restaurador ha permanecido oculta
a lo largo de la historia del arte. Sin embargo, gracias a estas personas
podemos disfrutar hoy en día de numerosas manifestaciones culturales y
artísticas que, sin su ayuda no hubiesen llegado en el estado que están a
nuestros días. Gran parte de su trabajo
consistió en hacer transmitir a generaciones futuras su significado histórico,
artístico y social. Actualmente asociado al mundo de las bellas artes, el cual
forma parte de la formación del restaurador como profesional, también se
encuentra introducido en el ámbito de la ciencia debiendo contar este con el
conocimiento previo de los materiales que se utilizan en la labor.
En algunos casos, sigue siendo una profesión poco conocida.
En algunos casos es conocida por ser una parte importante de los organismos de
los Museos, ya que esta parte se encarga del mantenimiento y puesta en valor de
las obras que contiene.
Los Restauradores pusieron su granito de arena junto con
arqueólogos, tejedores, escultores y pintores entre otros, en la labor de hacer
perdurar en el tiempo todas las manifestaciones artísticas y culturales.
Gracias a esta gran labor a lo largo del tiempo, hoy en día conservamos un gran
numero de obras que sin su ayuda no hubiesen llegado hasta nuestros días.
Con el trascurrir de la historia las obras de arte sufren
deterioros, por lo tanto, estas obras eran intervenidas por los artistas de la
época. Estas intervenciones en numerosos casos perjudicaban el estado de
conservación ya que en muchos casos realizaban cambios irreversibles. En el
caso de las pinturas fueron repintadas y transportadas inadecuadamente,
cambiando su apariencia y su iconografía en algunas ocasiones. E incluso en
algunas ocasiones las obras se remplazaban por otras nuevas exactamente
idénticas.
Con la aparición de la Restauración como ciencia, aparecen
también los nuevos tratados y criterios a seguir frente a las restauraciones,
como lo serán La carta de restauro de Roma de 1972, la carta de restauro de
1987,… de esta manera se acordaron unos nuevos criterios que regularon el
control de las intervenciones, lo que favoreció a mantener un orden en la
disciplina.
El taller
de Restauración
El taller del restaurador tiene sus inicios en el taller del
artista, esta causa ha sido explicada anteriormente. En ellos encontramos las
herramientas que utilizaban los artistas de la misma manera que utilizaban para
crear sus obras. Los primeros talleres no solían tener una gran iluminación, en
cambio ahora están muy bien acondicionados luminosamente. Con los años el
restaurador se va despegando del mundo artístico para adentrarse en lo
científico. Lo que anteriormente era volver a crear, hoy en día tenemos ante
una obra dañada, un estudio y una investigación previa que nos acerque a
realizar una intervención acertada y por supuesto reversible, que pueda ser
retirada en cualquier momento.
El taller moderno de hoy en día, cuenta con numerosas
herramientas las cuales en sus inicios eran impensables. La modernización de
estas herramientas supone una innovación en las tareas de restauración que
permiten cada vez tener más información y mejores resultados (como son la luz
ultravioleta, los rayos infrarrojos, la radiografía,.. ) . También aparecen
nuevos productos creados para una determinada función, con el fin de sustituir
a los ya utilizados por los artistas. Estos nuevos productos se adaptan mejor a
la hora de la restauración, cumplen la misma función que los anteriores y están
mejorados. También la aparición de la utilización de disolventes para la
restauración provoca que los nuevos talleres dispongan de acondicionadores de
aires para mantener un ambiente adecuado al restaurador.
Bibliografía:
Texto redactado con: RUIZ
DE LACANAL RUIZ MATEOS, María Dolores, 2018. Conservadores y restauradores: la
historia de la conservación y restauración de bienes culturales. Sevilla:
Editorial de la Universidad de Sevilla; Gijón: Trea.
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